TRABAJO GRUPAL Y GENÉTICA DE POBLACIONES

 

Pablo D. Sender

 

 

¿Cómo maximizar la eficiencia del trabajo de un grupo de estudio? ¿Cómo aprovechar al máximo esa sumatoria de energía que se produce cuando un grupo trabaja por un objetivo común?

   El Maestro K. H. dirigiéndose a A. P. Sinnet le dice: "...y con respecto a que su esposa estudie con usted, sería inútil, ya que ambos tienen una vibración magnética muy similar." Desde esta asombrosa afirmación podemos comenzar nuestro análisis.

Al parecer, es importante el aporte individual de cada miembro al magnetismo de un grupo de estudio y el evitar una "homogeneización magnética" que, como en todos los sistemas de la naturaleza, conduciría a la muerte del grupo por falta de diversidad. Para explicar y fundamentar esta hipótesis, tomemos por analogía lo que ocurre en la genética de, por ejemplo, una población de ciervos.

   En toda población existe lo que se denomina "acervo génico", que es la sumatoria de todos los genes que poseen todos los individuos de la población, y que está disponible para el intercambio entre ellos por medio de la reproducción sexual.

   Tomado como un concepto simplificado –a fin de comprender el siguiente tratamiento– podemos decir con cierta precisión que un gen determina una característica física o fisiológica en el individuo que lo posee. De este modo podríamos hablar de que un ciervo puede tener ciertos genes que le provean la capacidad de resistir mejor a la deshidratación que otro individuo, en que sus genes para esta características son más "débiles". Como cada individuo tiene una dotación génica distinta, tiene en consecuencia una capacidad distinta para responder a los desafíos y cambios que se producen constantemente en su ambiente. Algunos tendrán más resistencias que otros para adaptarse a la falta de agua que se produjo en un año de sequía, pero por otro lado, el individuo poco resistente a la deshidratación podría ser muy resistente al cambio brusco de temperatura. De este modo, los genes particulares de cada individuo de la población les provee distintas capacidades, y es esta variabilidad lo que permite que la población sobreviva a lo largo del tiempo y de las distintas circunstancias.

Si todos fueran como el individuo resistente a la sequía, ninguno en la población moriría ante esa circunstancia, pero al próximo año, un cambio brusco de temperatura mataría a toda la población y ésta se extinguiría por completo. Si los individuos son distintos, hay más probabilidades de que siempre existan algunos ciervos resistentes para cualquier circunstancia.[1]

   Pero introduzcamos ahora un nuevo concepto. Supongamos que una población estuviera aislada y sin posibilidades de que ingresen nuevos genes a su acervo génico. Es posible demostrar por modelos matemáticos que en relativamente poco tiempo todos los individuos estarían dotados del mismo genotipo (conjunto de genes que conforman un individuo), es decir todos los ciervos serían iguales. Esto, como ya vimos, sería muy peligroso para la supervivencia del grupo. Pero ¿cómo se las ingenia la naturaleza para que esto no ocurra? Introduce constantes cambios en el acervo génico de la población por medio de cambios individuales. Como ejemplo, podemos tomar las mutaciones. Éstas son cambios que se producen en un gen determinado de un individuo en particular, pudiendo producir un beneficio o un perjuicio para éste. Si la mutación es viable y le confiere una nueva capacidad como por ejemplo, el poder correr más rápido, este individuo tendrá más posibilidades de huir de un predador y, por lo tanto, más posibilidades de sobrevivir y seguir reproduciéndose, lo que en definitiva permite que ese gen pase a muchos hijos, que a su vez seguirán diseminando la característica. Si por el contrario, la mutación determina que una pata no sea funcional, morirá rápidamente de inanición o en manos de algún predador, sin tener posibilidades de reproducirse y pasar el gen. De este modo, tarde o temprano ese gen defectuoso desaparece de la población. Esto es lo que se conoce como "selección natural". 

   La naturaleza tiene otros varios métodos, además de la mutación, para introducir las variaciones necesarias en el acervo de una población, tales como la inmigración de individuos desde otras poblaciones, con distinta dotación génica, y otros. Pero lo cierto es que la naturaleza gasta mucha energía en mantener la diversidad entre los individuos que conforman el grupo.

Y ahora podemos volver a nuestro análisis sobre los grupos de estudio. Si en éste todos los integrantes pensaran igual, sin todos produjeran "las mismas vibraciones", es probable que el grupo vaya cerrando toda posibilidad de incorporación de nuevas ideas, es decir, se iría muriendo desde el punto de vista del trabajo de descubrimiento de la verdad. Si por el contrario, hay cierta diferencia dentro de los individuos, siempre existe la posibilidad de que alguien capte nuevas ideas y las comparta con todos, contribuyendo al enriquecimiento grupal e individual. Ahora bien, esta diferencia entre los individuos probablemente deba mantenerse dentro de ciertos límites (que no podemos poner conscientemente). Para seguir con nuestro ejemplo, los individuos de la población de ciervos tienen una homología (porcentajes de genes en común) que les permiten pertenecer a esa especie y no a otra, y por esto compartir muchas cosas que tienen en común. Es probable que en todo grupo deban existir elementos fundamentales en común, que los mantenga unidos y trabajando armoniosamente. Uno supone que  la aspiración hacia el ideal, la sinceridad, etc. deben ser factores de cohesión importantes en los grupos teosóficos.

Entonces ¿cómo favorecer la variabilidad necesaria para mantener vivo al grupo? Lo mejor que podemos hacer es copiar los principales modos que emplea la Naturaleza:

a)           Las mutaciones (cambios individuales): pueden representar el crecimiento personal interno. Pero éste debe ser un crecimiento real, que vaya mutando a la persona, la mero modificación de conceptos a lo largo del tiempo no parece ser suficiente. ¿cuánto trabajo interno tiene cada miembro del grupo en cuestión? Esto es de suma importancia, pues el cambio individual es el motor en la evolución de las poblaciones y, análogamente, de un grupo teosófico.

b)           La inmigración: Indica la incorporación de nuevos individuos a la población. ¿cuántos miembros nuevos se incorporan periódicamente al grupo? ¿qué tipo de actividades y difusión se hacen para tal fin? ¿qué disposición tienen los integrantes del grupo para el que se incorpora?

c)           La reproducción sexual en las poblaciones, representa el intercambio genético que se produce entre los individuos: ¿qué espacio hay para el debate en el grupo? Se debe aclarar que el debate puede producirse constantemente, pero sin que necesariamente se produzca intercambio. Si cada individuo está cerrado en sus ideas no hay intercambio, sino sólo el enfrentamiento entre dos personas "que saben" y que por lo tanto quieren imponer su punto de vista. Para que haya un intercambio que dé la posibilidad de que nazca algo nuevo, el debate debe producirse con el espíritu de descubrir, libres de concepciones de "yo sé". Debe existir además sincero interés por cada persona del grupo para que pueda nacer el afecto; respeto, para poder escuchar con atención y sin prejuicios al otro y capacidad personal, para que podamos trabajar correctamente dentro del grupo. Estas cosas posibilitan una verdadera relación, que es la base para el crecimiento grupal.

   En definitiva, estas pautas son conocidas por todos, sin embargo muchas veces no hay energía para modificar las condiciones actuales, y en la naturaleza, todo lo que se detiene, se estanca o no cambia, muere. El grupo puede fracasar aunque una minoría de sus integrantes tenga éxito en su desenvolvimiento interno. El trabajo grupal el arduo y por su misma naturaleza no puede ser sostenido sólo por unas pocas personas. El trabajo grupal, es un trabajo de todos.

 



[1] De hecho, una de las teorías sobre la desaparición de los dinosaurios, menciona que ninguno de ellos era resistente al cambio de temperatura, y cuando ésta varió en el planeta los que sobrevivieron fueron unos animalitos débiles, pequeños, pero de sangre caliente y con la posibilidad de resistir los cambios de temperatura: los mamíferos en los que desde ese momento se cimentó el desarrollo animal evolutivo. Vemos entonces cómo la variabilidad es la clave de la perpetuación de un grupo en particular.